Coleccionar es una práctica humana antiquísima, que puede rastrearse por lo menos desde el antiguo Egipto, pasando por Grecia y Roma. A finales del siglo XVI, proliferaron en Europa una gran cantidad de colecciones de carácter privado, cuyos propietarios reunían en ellas objetos de todo género y naturaleza en los que predominaba un cualidad rara o extraordinaria. En las llamadas cámaras de maravillas (kunstkammer) se daba una convivencia entre naturalia, producciones de la naturaleza y artificialia, producciones del ser humano, entre las que figuraba el arte. Nobles, gobernantes, clérigos, académicos y profesionales han sido agentes coleccionistas por excelencia. En el caso de México, fue sobre todo en los periodos de estabilidad política y financiera de los siglos XIX y XX que se generó cierto boom coleccionista y se crearon acervos de mayor ambición estética, como lo ha señalado Ana Garduño.
Las ricas colecciones que hemos reunido en este catálogo se suman a esta larga tradición de conformación de gabinetes que dan cuenta de los conocimientos, intereses y afectos de sus propietarios. Cada uno de estos acervos posee obras maravillosas. “El legado de una importante colección” (lotes 23-46) cuenta con destacados ejemplares de artes decorativas y pintura, entre los que sobresale un antiguo lienzo del tránsito de san José (lote 37) y una obra del afamado Miguel Cabrera (lote 38). Por su parte, la “Colección de un legado de las Lomas de Chapultepec” conjunta piezas mexicanas, europeas y orientales de diversas materialidades y épocas: desde marfiles, hasta mobiliario, porcelanas, escultura y pintura. Resultan particularmente interesantes dos lienzos virreinales: una Virgen del Refugio, del pincel de José de Ibarra (lote 87), y la Tercera aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego (lote 91). Asimismo, la “Colección del arquitecto Luis Ortiz Macedo” (lotes 269-288) revela las inclinaciones intelectuales y estéticas de este importante artífice, investigador, catedrático y académico mexicano. Dentro de los bienes que nos ha legado, resalta su gusto por el arte decimonónico, en el que encontramos importantes firmas como las de Pelegrín Clave (lote 269) y Joaquín Ramírez (lote 270).
Finalmente, aunque no por ello menos importante, presentamos “La visión de una coleccionista: gabinete de orfebrería mexicana, europea y oriental” (lotes 325-586). La riqueza y diversidad de la última de las colecciones que conforman este catálogo nos ha llevado a dedicarle un día independiente a la subasta de este gran acervo, en el que encontrará platería religiosa y civil de diversos rincones del mundo. Destacan las cruces procesionales mexicanas (lotes 354-357), así como los espejos “de boda” turcos (lotes 325-353).