¿Conoces el origen de los mantones de Manila?

Llamamos Mantón de Manila a una prenda, tradicionalmente fabricada en seda y bordada con motivos florales que se utiliza como accesorio de vestir femenino en España y en diferentes países de influencia hispánica. La

Mantón de Manila. Siglo XX.
Elaborado en tela negra.
Decorado con motivos florales bordados.

delicadeza del trabajo bordado y la calidad de las telas e hilos determinan el precio de una prenda como éstas, el cual puede llegar a ser muy alto. Su asociación con la identidad española tiene una historia muy interesante.

Estos coloridos lienzos fueron adoptados en España desde los tiempos coloniales, cuando comenzaron a llegar a Europa diversos productos procedentes de Oriente. Los mantones de Manila no son siquiera originarios esta región, localizada en Filipinas. Este puerto, en eso entonces, era una escala en un camino que comenzaba en China, específicamente del puerto de Cantón (hoy Guangzhou), centro neurálgico del comercio oriental con las potencias mercantilistas durante la dinastía Qing.

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Conoce el abanico de casi 2 metros de alto

Josep Mestres Cabanes fue un pintor y escenógrafo catalán. Nacido en una familia vinculada con las artes decorativas y el diseño durante la última década del siglo XIX, Mestres estudió en la Escuela de Artes y Oficios de su natal Manresa y perfeccionó su vocación por el dibujo en Barcelona, donde trabajó para el escenógrafo Salvador Alarma, uno de los más importantes de principios del siglo XX en España.

Mestres Cabanes es considerado el último escenógrafo de formación clásica de la historia del teatro español. Su trabajo de asocia al Gran Teatro del Liceo, hogar por antonomasia de la ópera en Barcelona y el más antiguo y prestigioso de la capital catalana, para el que realizó diversos conjuntos escenográficos para producciones de óperas como Lohengrin, Tristán e Isolda y Aída. En 1921, pintó el techo del Teatro Cervantes de Buenos Aires, obra por la cual es recordado en América Latina. Continuar leyendo “Conoce el abanico de casi 2 metros de alto”

Una lámpara puede dar el toque original a su espacio

Uno de los elementos compositivos esenciales en el diseño de interiores es la iluminación. A partir del descubrimiento del fuego y la luminosidad que este generaba, pudimos crear ambientes acogedores que nos resguardan de las inclemencias del tiempo. La invención de distintos métodos para generar luz a partir de combustibles naturales como el petróleo o las grasas animales, nos obligaron a crear utensilios para alumbrar; así surgieron las primeras lámparas, candelabros y candiles, realizados con materiales resistentes al fuego.

El surgimiento de la energía eléctrica y la urbanización fueron puntos de inflexión que determinaron la creación de aparatos duraderos y visualmente estéticos. La variedad de alternativas lumínicas durante el siglo XX, entre las que podemos enumerar los focos incandescentes, las luces de neón, las lámparas halógenas, los LED’s, entre otros, permiten una gama de luces aptas para diversas necesidades en decoración de interiores.

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El recuerdo de Lladró

Por: Francisco Moreno

Comúnmente, las figuras de Lladró nos remiten a un espacio familiar como la casa de los abuelos, con enormes vitrinas llenas de imágenes costumbristas y composiciones bucólicas de campesinos, niños y parejas de pájaros y flores. Existen otras imágenes de mujeres valencianas, jinetes andaluces y Quijotes con Sancho Panza, que son ejemplos de una hispanidad para exportación, surgida tras la dictadura franquista. Pero, ¿quiénes fueron los responsables de estas icónicas figuras de porcelana?

Lladró fue fundado en 1953 por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró, hijos de campesinos que trabajaban en los hornos cerámicos de la firma Víctor Nalda, conocidos por su producción de vajillas y enseres para instalaciones eléctricas. La vena artística de estos jóvenes los llevó a construir su primer horno en la comunidad de Tabernes Blanques, al noreste de Valencia. El éxito de sus figuras y jarrones llevó a la empresa a convertirse en una marca de lujo con cientos de puntos de venta y una gran fábrica, la Ciudad de la Porcelana.

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